Siguiendo mi Luna

Capi 5

Este me dio un ppoco de trabajo pero espero que les guste

Me levante temprano como todos los días, no se cuando, y mucho menos como; pero me había acostumbrado a levantarme sin los múltiples golpes de Angelic en la puerta que podían despertar a todas las monjas menos a mi. Todavía recuerdo ese primer dia fue exactamente después de que me enseñara el convento. Dormía cansada después de una larga noche de llanto, pues no podía dormir pensando en el. Los golpes en la puerta me despertaron pero no me levante no tenia fuerzas.

-Levántate Ya- escuchaba los gritos de Angelic detrás de la puerta- hoy no pienso hacer las tareas sola eso no volverá a pasar- volvió a golpear la puerta- me vas a obligar a entrar y sacarte

-Déjame dormir- le grite tapándome la cabeza con las sabanas

-¿Qué?- grito con coraje- te voy a dejar pero de día- abrió la puerta como la había abierto me acordaba haberla cerrado con llave antes de acostarme, y sentí unos saltos en la cama- que te despierte, parate, no voy a trabajar sola- seguía brincando en la cama

-Ya voy, ya voy- dije con cansancio

-¿Y porque esos ánimos?- me pregunto curiosa- a noche subiste temprano a tu habitación no debes de estar tan cansada-me dijo y de un tirón me saco la sabana que me cubría- te vez horrible- me dijo sonriéndome cuando vio lo que era mi rostro, tenia unas ojeras enormes por el poco sueño y los ojos rojos de tantas lagrimas. Lo se dije que no volvería a llorar pero es que es demasiado no puedo contener este dolor en silencio.

-Si te pasara lo mismo te verías igual o peor- fue lo único que dije me levante y camine hacia el pequeño tocador para lavarme la cara.

-Bueno eso no importa ya, estas despierta y vamos a trabajar- me dijo orgullosa de haber logrado despertarme, esta chica cada día me convencía mas de que estaba loca.

-Me dejas para cambiarme- le pedí suave tan solo dio un movimiento de cabeza en afirmación

-No te tardes- dijo cerrando la puerta- te voy a esperar aquí en el pasillo- se escucho detrás de la puerta

Me vestí lo mas rápido que pude tome un vestido largo pero que no necesitaba de la horrible enagua para levantarlo erra cómodo, y podía moverme con facilidad y eso era lo más que me gustaba de el. Me coloque las nuevas botas que me llagaban a las rodillas, fue lo último que me compre pues mi madre pensaba que era inútil tenía muchas, pero Yo quería unas nuevas. Al salir del cuarto me encontré con Angelic parada a un lado de la puerta con los brazos cruzados en el pecho.

-Vamos- fue lo único que me dijo

Llegamos rápido al establo me di cuenta que Angelic traia puesto un pañuelo en la cabeza negro, y en ese momento me pare afijarme bien en su vestido, y vi algo que me sorprendió. NO llevaba un hábito puesto, su traje era negro suelto con mangas hasta los codos, bastante tapado, y con un pañuelo negro tapándole el cabello. La curiosidad me era grande y tuve que preguntar.

-¿Por qué no llevas habito?- ella se giro rápidamente y me miro y comenzó a reírse

-Hasta ahora te das cuenta- y rio mas que antes- no soy monja, si vivo aquí, casi me comporto como una, y me visto parecido a una pero no lo soy

-¿Y porque vives como una monja si no lo eres?- la curiosidad me estaba matando

-Fue la mejor opción- me volvió a contestar como la vez anterior- bueno ayúdame aquí aguanta la canasta- fue lo último que hablamos en todo el día, bueno mañana por que después todo pasa rápido.

Si podía decir que esto era horrible me quedaba corta. El recoger los huevos no fue tarea fácil, recibí muchas picadas de las gallinas que se negaban a dármelos de buena manera. El tener que ordeñar una vaca fue horrible, no me salió bien hasta después de muchos intentos y nauseas. Pero lo peor fue cuando me caí en el eno para los caballos y las vacas, si lo mas sencillo y fue lo peor. El cabello se me lleno de muchísimas pajillas y fue una travesía sacármelo del pelo. Gracias a Dios Angelic me ayudo a a arreglarlo y me conto que esa era una de las razones por las que usaba un pañuelo, no podía confiar en que podría resbalar y caer en la paja o que una gallina curiosa hiciera de las suyas en su cabello.

Ya de eso habían pasado dos meses, y ahora me miraba al espejo y sonreía, estaba vestida casi igual que Angelic. Mi vestido negro con mangas a los codos, que me llegaba hasta más debajo de las rodillas, no se notaba nada pues mis botas tapaban el resto de mis piernas. Me puse el pañuelo en el cabello justo cuando Angelic entro por la puerta, había aprendido a no ponerle el seguro o sino ella tumbaría la puerta.

-Buenos días- dijo con una gran sonrisa nos habíamos convertido en buenas amigas

-Muy buenos, ha llegado coreo hoy- pregunte ansiosa como todos los días, en todo el tiempo que llevaba aquí no había recibido ninguna carta de Cain.

-No todavía no ha venido nadie- me dijo y miro con curiosidad, pues asía la misma pregunta todos los días- y cuando me piensas contar porque preguntas lo mismo todos los días

-Cuando tu me cuentes porque estás aquí molestando tanto a estas pobres monjas- le dije y su rostro se quedo serio y triste, avía icho algo malo

-No te preocupes algún día te lo contare- me dijo triste y se sentó en mi cama

-De verdad lo siento no pretendía hacerte sentir mal- le dije sentándome a su lado y pasando mi mano por su espalda, en ese momento de sus ojos empezaron a salir lagrimas, que le pasaba- perdóname por favor- le dije y la abrace que le pasaba ahora estaba preocupada

-No es tu culpa, hace tiempo que debí de hablar con alguien de cómo me hace sentir esto- me dijo entre lagrimas y sollozos

-No tienes que decir nada- le dije apretándola a mi

-Estoy aquí porque es la mejor opción, la otra seria irme a la calle- me dijo bajito casi inaudible

-¿Qué?- me queda perpleja de lo que me estaba diciendo- ¿Por qué a la calle?- que estaba pasando

-Estoy aquí desde que tengo memoria, las monjas me contaron que mis padres me dejaron en los portones del convento cuando apenas era una bebe- ella seguía llorando y Yo empecé a llorar también- no se porque lo hicieron, pero aquí estoy bien tengo, comida, techo y unas mujeres que me quieren y me han cuidado como si fueran mis madres, especialmente Sofia y Alexsandra- me dijo y se aparto un poco para mirarme- no te preocupes estoy bien

-Eso espero porque tienes muchas madres y una hermana- le dije con sinceridad porque en todo este tiempo juntas empecé a quererla como una hermana- que cuidan de ti

-Me vas hacer falta cuando te vayas- me dijo y me apretó nuevamente

-Si quieres te puedes ir con migo- y eso era cierto ya que sabía que no tenia porque quedarse me la llevaría con migo si ella quería

-No se meda miedo- me dijo negando con la cabeza

-¿Por qué? Yo no te are daño y mucho menos dejare que te lo hagan- el que tratara de hacerle algo moriría

-No es eso, es que lo único que conozco es este convento y me da miedo salir de aquí

-Pues no lo tengas porque estarás con migo- le asegure para que tuviera confianza, ella asintió con la cabeza y Yo me llene de felicidad, no estaría sola cuando me fuera eso me hacía muy feliz

-Y medirás porque preguntas si ha llegado carta para ti todos los días- me pregunto con miedo, Yo la aleje y asentí con la cabeza

-Te lo cuento de camino porque ya es muy tarde y si no avanzamos Sofia nos va a gritar- nos levantamos y empezamos a realizar nuestras tareas mientras yo le contaba de Cain y de lo que me iba a pasar cuando saliera de aquí

-Creo que es bastante injusto que te obliguen a casar- me dijo levantándose con la ultima cacerola de leche- porque no hablas con tu padre

-Que mas quisiera pero dio su palabra y la palabra de un rey es muy importante- oí como la cacerola se cayó y me gire rápidamente para saber si le paso alguna cosa

-Un rey- me dijo atónita- pero …….-las palabras no le salían y me acorde que no le había contado nunca que era una princesa y le sonreí al acordarme

-Si soy una princesa condenada a morir, disculpa a casarme con un hombre que no amo- le dije sencillamente

-Eso explica que no te hallas fugado con el, por lo poco o mucho que te conozco en todo este tiempo si no fuera por eso de seguro que ya lo hubieras echo- nos echamos a reír era cierto con ella Yo era Yo misma sin ninguna mentira sin nada y al acordarme de esto fui feliz

Caminamos hacia la cocina con todo lo que teníamos, y al llegar Sofia nos dio un regaño, gigantesco. Aguantamos el regaño como buenas hijas, porque eso parecía una madre castigando y reganando a sus hijas. Des pues del regaño salí a caminar por el bosque, era tan hermoso que no podía pensar en otra cosa, que no fuera el estar aquí con Cain. Me recosté de un árbol que quedaba frente al arrollo, y me quede pensando en el. Al tiempo de estar allí sentada sentí como una mano me toco el hombro. Me gire asustada de quien podía ser y cuando levante la vista lo vi. Un cuerpo musculoso y grande pero no exagerado. Su piel blanca y bronceada por el sol era lo más hermoso que había visto. Al mirar su rostro me quede sin aliento, sus labios rosados y carnosos, su nariz perfecta, y sus ojos esos ojos amarrillos que me volvían loca. Si era mi amor Cain. Pero tenia algo diferente, que lo hacía ver más llamativo. Lo observe por unos segundos mas y me di cuente que tenia diferente, su cabello. Lo tenía suelto, el siempre lo llevaba recogido en un moño, y hoy le caía mas arriba de la barbilla a nivel de sus mejillas. Era hermoso lacio y de un marrón oscuro.

-No me piensas saludar- dijo con voz graciosa, pues me había quedado mirándolo

-Claro- me levante del suelo casi espontáneamente, y lo abrace por la cintura, Yo era mucho mas baja que el asi que quede bajo su barbilla. El me abrazo con fuerza escondiendo su rosto en mi cabeza

-Esto no me gusta- me dijo y tiro del pañuelo que tenia tapando mi cabello- así esta mejor- dijo y volvió a acomodar su rostro en mi cabello e inhaló profundo- me hacías tanta falta

-Y tu a mi- le dije con lagrimas en mis ojos

-No amor, no llores-
Tomo mi rostro entre sus manos, y acerco su rostro al mío y beso mis ojos. Me derretí al contacto de sus labios con mis ojos y un leve gemido salió de mis labios. No se si llego a escucharlo, porque siguió dándome leves besos por todo el rostro. Estaba perdida entre sus besos. Pero lo que hizo que perdiera el control fue cuando comenzó a darme besos húmedos en el barbilla, continuo bajando por mi cuello. Me estaba matando de deseo, y excitación. Estas cosas nunca las había sentido antes, y me estaban volviendo loca. Me sentía en las nubes no sentía el suelo bajo mis pies. Pero otro gemido salió de mi cuando sentí como movía la tela de mi vestido para besarme los hombros. Me estremecí al contacto de sus labios, y el me apretó mas a su pecho. Cerré los ojos con fuerza y apreté mis labios, no quería que se me escaparan mas gemidos.
-Eres………… mía…………. Luna……………… MI Luna- me decía entre besos, sus labios se posaron sobre los míos y termine de sentir el cielo que me ofrecían- Luna…………. – seguía diciendo entre besos

-Luna……….. Luna…………………..- en ese momento lo oía pero su voz había cambiado ya no me tomaba de la cintura sino que ahora me sostenía los hombros- Luna ………….Luna- y sentí como me movían los hombros levemente- Luna……………… despierta

-Que- grite mira a todos lados y me di cuenta que todavía estaba sentada recostada del árbol- que paso- fue lo único que dije

-Que no despertabas- me contesto Angelic con una sonrisa curiosa

-Me quede dormida- mas que una afirmación parecía una pregunta, me toque el pelo para darme cuenta que todavía llevaba puesto el pañuelo- dormida- repetí

-Si y parece que de un buen sueño, porque tenias una cara de alegría y no despertabas- me dijo con una sonrisa picara

-Si un muy buen sueño- si el más hermoso, dulce, pero a su vez el mas amargo de todos, porque tan solo había sido un sueño.